Carta del recién venido de Nunca Jamás
Del poemario Cántaro inverso
DE LA ISLA DE NUNCA JAMÁS
De qué
luz teñiste mi aire. El asunto será cómo vivo junto a tu sol pero sin tus modos
de arder. Vieja cruz la distancia, antigua muerte. Tengo siglos de tenerte bajo
mi almohada. De besos tengo kilómetros presos entre el adiós y la suerte de
otra vez. Qué adolescente cristal me sangra la sombra que te nombra, que te
nombra desde el vuelo hasta la frente, nido de azul. Ah tu fuente, donde inventabas
el agua para mi sed. Ah la fragua, la fragua de la memoria que no se calma en
la noria, aunque salta y salta el agua de tu consuelo. Cascada de la isla
fuimos. Qué somos sino un cielo de palomos argamasándose en cada visión de
orilla apartada. Te espero (qué talismán, Campanilla, tu ademán).—Hoy mi padre cumple cien años
—Para un retrato de Yazmina
—Cincuenta años en la prensa
Examen de fe, de José Luis Serrano (2001).
Otra vez la nave de los locos, de María de las Nieves Morales (2002).
Cántaro inverso, de Pedro Péglez González (2004).
Toque de queda, de Carlos Esquivel (2005).
Atormentado de sentido, de Ronel González (2006).
Bitácora de la tristeza, de Alexander Besú (2007).
Los Césares perdidos, de Odalys Leyva (2008).
Cicatrices de sal, de Irelia Pérez Morales (2009).
El libro de los desterrados, de C. Esquivel y Diusmel Machado (2010).




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